Sulawesi

... Toraja, plagada de volcanes e impresionantes campos de arroz, es el hogar de un orgulloso pueblo, los toraja, quienes en otra época, fueron unos feroces e implacables cortadores de cabezas.

Las casas toraja se levantan en las plantaciones de arroz, siempre orientadas de norte a sur y con techos que recuerdan claramente el casco de una embarcación. Viviendas construidas sin emplear un solo clavo y decoradas a base del color rojo, símbolo de la sangre; negro, de la muerte; blanco, de la carne y de los huesos; y amarillo, significando la bendición divina… Y, a menudo, con una fachada adornada con cornamentas de búfalos. Los ritos funerarios son enormemente complejos y, a veces, pueden llegar a durar hasta veinte años, el tiempo que una familia tarda en obtener el dinero necesario para que el difunto tenga unos funerales acordes a su rango. Con sus excepcionales rituales funerarios, tumbas en acantilados cubiertas de cráneos y huesos, tau tau –efigies de madera tallada de los difuntos-, el culto al búfalo, casas en forma de barco y el trato a los muertos como si estuvieran vivos, una visita a Tana Toraja es un viaje a otro mundo.

Otro pueblo, los bugi, habitan en la costa sur de Sulawesi. La zona de Pantai Bira, lugar de playas de fina arena blanca y aguas azul turquesa, es el hogar de los navegantes más famosos del país. En estas costas meridionales de Sulawesi todavía se construyen las pinisi –goletas- de los bugis, con diseños y técnicas de varios siglos de antigüedad. Un lugar tranquilo, lejos de ser la costa de Kuta de Bali, en el que las principales actividades de sus habitantes son la pesca, la construcción de barcos y los telares, donde los buceadores pueden disfrutar de los ricos tesoros dentro del mar, y donde hay más cabras que vehículos y, por lo general, turistas.

Ana Vara