Viaje por Grecia

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Durante quince días hemos recorrido algunos de los sitios más representativos de Grecia, como Atenas y su Acrópolis, Delfos y su Oráculo, Kalambaka y sus Meteoros, Rodas y sus murallas, Santorini y su caldera volcánica.

Más que nunca, este año 2003 Atenas es un caos. Están preparándose para los Juegos Olímpicos del año que viene y toda la ciudad y sus monumentos se encuentran en obras. Esto no impide que el turismo desborde por todos los lados esta ciudad tan congestionada. Mucho sol y mucho calor nos han acompañado en todas nuestras excursiones.

En el monte Parnaso, donde se encuentra el Oráculo de Delfos, también están de obras. En su museo, cerrado por rehabilitación, solo se puede visitar una pequeña sala donde se encuentra el famoso auriga de bronce y una especie de antesala con la estatua romana de Antino, esclavo del emperador Adriano y una extraña piedra labrada de la que dicen que era el 'Ombligo del Mundo' en la cual la Pitonisa se inspiraba acariciando su superficie (al mismo tiempo que mascaba hojas de tilo) para lanzar sus augurios a los visitantes del templo de Apolo.

Los meteoros, cuyo significado es 'colgados del cielo', son enormes pilares de arenisca de difícil acceso, y en cuya cúspide, a partir del siglo XIII los frailes del monte Athos se sirvieron de ellos para establecer unos veinte monasterios rojizos con tejados de teja, protegiéndolos de esta manera de los salteadores.

Rodas es una isla de un atractivo turístico sorprendente, tanto por sus numerosas instalaciones hoteleras al borde de las playas, donde se puede disfrutar de un excelente clima mediterráneo con un sol constante durante todo el año, como por la extensa historia que encierran las murallas de su ciudad vieja. Son las murallas más grandes de toda Europa y dentro de ellas se pueden encontrar preciosos rincones medievales, restos de la ocupación por los Caballeros de las Cruzadas que estuvieron durante 213 años acosando a los turcos. El recuerdo del Coloso está presente permanentemente cuando uno pasea por su puerto.

La leyenda de la Atlántida parece tomar forma en Santorini. Esta isla es un volcán latente, cuya lava corroyó en el 1500 a.C. el fondo del mar hasta que el agua penetró en su chimenea y le hizo explotar como una caldera. El maremoto que produjo esta explosión acabó con la civilización cretense. Thira, como la llaman sus habitantes, en recuerdo de un general espartano, es una joya única de la naturaleza. La parte occidental de la isla es todo un impresionante acantilado en cuya cima se hallan aferrados algunos pueblos de casas blancas transparentes, entre los que destacan, su capital, Fira, con un puerto viejo al que llegan diariamente cruceros y yates de lujo, y Oia desde la que se puede contemplar una de las más bellas puestas de Sol del mundo.